LOS BENEFICIOS DEL SILENCIO SOBRE LA SALUD

 

8 de febrero de 2020

En el post de hoy quiero hablaros sobre los beneficios que el silencio aporta a nuestra vida y cómo el mismo puede contribuir a nuestra salud y bienestar, ya que creo que en muy pocas ocasiones encontramos o buscamos situaciones que propicien la tranquilidad, el sosiego y el silencio. Estoy convencido de que el silencio bien utilizado, puede contribuir de forma significativa a mejorar nuestra salud y  bienestar.

Antes de ello quiero contextualizar el silencio haciendo referencia a su opuesto, los sonidos y ruidos que nos rodean. La verdad es que vivimos rodeados de ruido, ya que no podemos abstraernos de él en la vida cotidiana, el ruido está presente en nuestra casa, en el trabajo, en la calle, en los restaurantes o bares, en nosotros mismos, con una gran cantidad de pensamientos que van y vienen, etc. A veces buscamos actividades de gran bullicio, ya que queremos o necesitamos animarnos, distraernos o animar/distraer a otras personas, buscamos experiencias emocionantes o situaciones que nos ayuden a ello, lo cual es necesario y conveniente en muchas ocasiones para ayudarnos a sentirnos mejor, y por lo tanto, algo que puede contribuir a nuestra salud. Por el contrario, cuando el «ruido» es interno o externo a nosotros mismos, proviene del exterior o de otras personas y no lo podemos controlar, es mucho más molesto, de hecho, es el que más nos molesta, aunque en decibelios pueda ser inferior al que podemos soportar cuando lo elegimos nosotros de forma voluntaria, como cuando vamos a una fiesta, a una discoteca, cuando escuchamos música a todo volumen en los auriculares, cuando tenemos un volumen más elevado en la TV, en los conciertos, etc. Es decir, cuando nosotros tenemos el control, podemos elevar la voz o gritar incluso a veces, escuchamos música a un fuerte volumen, hablamos en voz alta por el móvil como si estuviéramos solos, subimos el volumen de nuestro equipo de música, sin tener en cuenta si molestamos o no a los demás, como nosotros estamos a gusto o lo estamos disfrutando; por el contrario, cuando estamos tranquilos en casa, necesitamos concentrarnos o queremos descansar, cualquier ruido por pequeño que sea nos puede resultar molesto o muy molesto, según el umbral de sensibilidad que tengamos al respecto y del grado de controlabilidad que tengamos sobre el mismo,  nos puede causar más o menos malestar y en determinados contextos, puede producirnos un elevado nivel de estrés, como por ejemplo les ocurre a muchas personas que viven cerca de las vías del tren, de una zona con mucho tráfico, cerca de un aeropuerto, o de unos vecinos tal vez excesivamente ruidosos.

Pero, qué es el silencio, según la RAE, en su primera acepción es la abstención de hablar y en la segunda, la falta de ruido (el silencio de los bosques, del claustro, de la noche). En la primera acepción, el que se produzca un silencio y por tanto no haya sonido, no significa siempre que no haya comunicación, de hecho un silencio apropiado en un conversación  puede ser mucho más potente y sonoro, en sentido metafórico, que las palabras que en muchas ocasiones utilizamos por no saber utilizar los silencios;  no obstante, este no es el tipo de silencio al que me quiero referir en el post de hoy,  el silencio del que quiero hablaros tiene que ver  mas con otro tipo de ausencia de ruido interno y externo, del que he hablado antes, pero que nos puede afectar en mayor o menor medida, en un momento u otro de nuestra vida y que nos puede ayudar a sentirnos mejor y contribuir con ello a nuestra salud y bienestar. En este contexto y antes de comentaros algunos de los beneficios del silencio para nuestra salud, no quiero pasar por alto otro tipo de ruidos, no siempre sonoros, que en ocasiones erosionan nuestro bienestar, ya que saturan nuestra mente y cerebro y por lo tanto pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Me refiero a la gran cantidad de informaciones que recibimos hoy en día a través de distintos medios, móvil, TV, radio, redes sociales, periódicos, etc. con una gran cantidad de ruido, es decir, informaciones irrelevantes o falsas, bulos, fake news (noticias falsas que contribuyen a la desinformación), informaciones por otra parte imposibles de asimilar y de las que es difícil  discernir el grano de la paja. Seamos críticos con las informaciones que recibamos y no nos creamos cualquier cosa que oigamos o leamos porque la comparta mucha gente o porque tengan  miles seguidores. De hecho una mentira, por mucho que se repita no se convierte en una verdad, opinión opuesta a la que mantenía Goebbels, mininistro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich. Asegurémonos de quién es la noticia, cuáles son las fuentes de la misma, está contrastada, etc. (en webs como maldita.es  contrastan las mentiras).

Dicho esto, quiero transmitiros algunos de los beneficios que el silencio puede aportar a nuestra salud:

  1. El silencio alivia el estrés. Según el Dr. Craig Zimring, la contaminación acústica contribuye la elevación de la presión arterial y al aumento de la frecuencia cardíaca. El ruido innecesario puede causar malestar y pérdida de sueño. Así como demasiado ruido puede causar estrés y tensión. Las investigaciones han demostrado que el silencio tiene el efecto contrario: liberar el estrés y la tensión del cerebro y el cuerpo.
  2. El silencio tiene algún efecto positivo sobre el organismo, más allá de garantizar la ausencia de taladros y motores. El médico e investigador Luciano Bernardi fue uno de los primeros en responder afirmativamente a esta cuestión, con un estudio publicado en la revista Heart. “Estábamos indagando en los efectos de los distintos tipos de música en los sistemas cardiovascular y respiratorio e introdujimos pausas de dos minutos entre los extractos de canciones. Entonces vimos que los indicadores de relajación humanos se disparaban durante estos episodios, mucho más que con cualquier música o que durante el silencio previo al arranque del experimento”. El efecto positivo del silencio, por tanto, funciona por contraste. Es decir, tan solo dos minutos de silencio pueden ser más relajante que escuchar música «relajante». (1)
  3. El silencio es esencial para regenerar nuestro cerebro. Cuando pasamos tiempo solos en silencio, nuestro cerebro es capaz de relajarse y liberarse. De hecho, muchos de los profesionales que enseñan meditación pueden atestiguarlo y aconsejan a las personas que hagan frecuentes pausas meditativas a lo largo del día. Aunque podemos pensar en el silencio como falta de información, la ciencia dice lo contrario. El cerebro reconoce el silencio y responde a él positivamente. Una investigación realizada por la bióloga regenerativa de la Universidad de Duke, Imke Kirste, descubrió que dos horas de silencio por día impulsan el desarrollo celular en el hipocampo, la región del cerebro relacionada con la formación de la memoria, que además involucra a los sentidos.
  4. El silencio permite que el cerebro le dé sentido a la información. Nuestro cerebro tiene una “red por defecto” que se activa cuando estamos descansando. Esa red se encarga de evaluar las situaciones e información a la que nos hemos expuesto a lo largo del día y las integra en nuestra memoria o las descarta si son irrelevantes Recientemente, investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que esa red se activa de forma especial cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, por lo que sería esencial para reafirmar nuestra identidad. Estos investigadores también apreciaron que la red por defecto se activa cuando estamos en silencio y con los ojos cerrados ya que cualquier estímulo del medio que nos distraiga la “apagaría”. (2)
  5. El silencio contribuye a regenerar nuestro cerebro.  Hasta hace poco se pensaba que las neuronas no podían regenerarse y que nuestro cerebro estaba condenado a un declive progresivo e inexorable. Sin embargo, con el descubrimiento de la neurogénesis todo ha cambiado, ahora los neurocientíficos se centran en descubrir qué puede promover la regeneración neuronal. En este sentido, un grupo de investigadores alemanes del Research Center for Regenerative Therapies Dresden han descubierto que el silencio tiene un impacto enorme en el cerebro. Estos científicos comprobaron que en el cerebro de los ratones que se quedaban en silencio durante dos horas cada día crecían nuevas células en el hipocampo, la región del cerebro relacionada con la memoria, las emociones y el aprendizaje. Además, constataron que esas nuevas células eran capaces de diferenciarse e integrarse en el sistema nervioso central para cumplir diferentes funciones. Por tanto, reservar algunos minutos al día para estar en completo silencio podría ser muy beneficioso para nuestro cerebro, ayudándonos a conservar la memoria y a ser más flexibles ante los cambios. (3)

Termino este post con Florence Nightingale, una mujer extraordinaria considerada precursora de la enfermería moderna, que afirmó: “El ruido innecesario es la falta de atención más cruel que se le puede infligir a una persona, ya esté sana o enferma”. Casi dos siglos más tarde, la ciencia ha confirmado que nuestro cerebro necesita el silencio casi tanto como nuestros pulmones el oxígeno.

Fuentes: (1) elpais.com     (2) mundonatura.com   (3) muhimu.es

Si lo deseas puedes mandar tus consultas al siguiente correo: psicopalancia@gmail.com y en menos de 24 h. te responderé personalmente. Francisco Ronda Guillem. Psicólogo Sanitario. Colegiado CV-09038.

ESCUCHA ACTIVA, COMUNICACIÓN EFICAZ Y SALUD

8 de noviembre de 2019

En el post de hoy, quiero hablaros de algo que a todos nos resulta familiar y que tiene que ver con nuestra comunicación pero sobre todo con una buena comunicación.  En relación con esto me parece interesante comentar lo siguiente: casi todos distinguimos y sabemos que no es lo mismo ‘ver’ que ‘mirar’, ya que lo primero implica percibir algo por el sentido de la vista y ‘mirar’ implica fijar la vista en un objeto con atención; cuantas veces hemos pasado por un sitio y al cabo de mucho tiempo nos damos cuenta que hay algo que estaba ahí y no nos habíamos dado cuenta, ya que no le habíamos prestado atención; de igual forma, no es lo mismo ‘oír’ que ‘escuchar’, lo primero es una facultad de nuestro oído, percibimos sonidos de forma pasiva, mientras el escuchar requiere una atención voluntaria y atenta de la persona que escucha.

Tras esta breve introducción, lo que quiero poner de manifiesto es que cada vez hay más personas que tienen serios problemas para comunicarse con los demás de forma eficaz, como su pareja, hijos, padres, amigos, compañeros de trabajo, etc. y esto en muchas ocasiones les puede producir serios problemas de relación, conflictos, malestar emocional y aislamiento. Estos problemas de comunicación, no son producidos por problemas auditivos, que los puede haber, sino que el problema es que en muchas ocasiones no sabemos escuchar, lo cual no quiere decir que no haya comunicación sino que la misma es defectuosa o bien es funcional y superficial, en la que el peso de los sentimientos es cada vez menor y apenas se escucha al otro, y esta es la clave del problema: comunicarse implica escuchar de forma activa a la otra persona, no solo es hablarle y contarle nuestros pensamientos y que sin terminar de escuchar ya estemos pensando  en lo que le vamos a decir nosotros, mientras estamos haciendo esto, ya nos estamos perdiendo parte del mensaje que nos quieren comunicar.

Un buen antídoto para mejorar nuestra comunicación con los demás es practicar la escucha activa, una habilidad que puede ser aprendida y desarrollada con la práctica diaria y que tiene efectos muy beneficiosos en nuestra salud y también en la de los demás.

En este post os voy a dar algunos consejos prácticos para mejorar vuestra comunicación con los demás, desarrollando y aplicando la escucha activa.

Pero, ¿que significa o implica la escucha activa?…entre otras cosas:

  • Disposición a escuchar a la otra persona.
  • Interés genuino por lo que nos quiera contar.
  • Es prestar atención al otro, sin interrumpirlo cuando esté hablando.
  • Mirarle a los ojos. El contacto visual muestra a la otra persona que se está prestando atención a lo que dice y siente y, además, puede mostrar sinceridad.
  • Concentrar nuestra atención en lo que nos está diciendo.
  • Es importante, no solo prestar atención a los que nos dice sino también a sus gestos y sentimientos, siendo empáticos con él/ella.
  • Reflejar los sentimientos de la otra persona.
  • Es importante no juzgar ni sacar conclusiones precipitadas de la otra persona.
  • Hacer un breve comentario sobre lo escuchado para asegurarte que lo has comprendido bien.

Algunos de los obstáculos que nos impiden comunicarnos con los demás de forma eficaz son:

  • El querer hacer o abarcar demasiadas cosas a la vez. Hace que nuestra atención esté dividida y sea más difícil la comunicación.
  • El estar más pendientes de nosotros mismos, que de la otra persona. Compromete nuestra capacidad de escuchar a la otra parte.
  • Fingir que escuchamos. Cuando en realidad no es así y estamos pendientes de otras cosas que pasan por nuestra cabeza o que suceden a nuestro alrededor.
  • Quitarle importancia a lo que otro dice, únicamente porque tenemos creencias distintas o piensa diferente a nosotros.
  • El error más habitual es querer hablar primero y expresar nuestro punto de vista a toda costa, de ahí que nos concentremos únicamente sobre la idea que queremos transmitir, y no sobre lo que nos están diciendo. Esta forma de distraerse perjudica seriamente la comunicación.

Algunos de los beneficios que tiene practicar la escucha activa son los siguientes:

  • Mejora nuestra comunicación, haciéndola más profunda y respetuosa.
  • Nos protege contra el aislamiento y la soledad.
  • Mejora las relaciones interpersonales.
  • Evita los malentendidos.
  • Al mejorar nuestra comunicación, nos puede ayudar a resolver conflictos.
  • Nuestra inteligencia emocional mejora, ya que somos más empáticos y capaces de percibir cómo se sienten los demás.
  • Al poner en práctica la escucha activa desarrollamos más nuestras habilidades sociales.
  • Si sabemos escuchar, los demás sentirán la confianza necesaria para ser sinceros con nosotros.
  • La persona que nos habla se siente valorada.
  • Escuchar tiene efectos tranquilizantes y facilita que se eliminen tensiones.
  • Favorece una relación positiva con su interlocutor.

Si lo deseas puedes mandar tus consultas al siguiente correo: psicopalancia@gmail.com y en menos de 24 h. te responderé personalmente. Francisco Ronda Guillem. Psicólogo Sanitario. Colegiado CV-09038.