CÓMO PROTEGER NUESTRA SALUD MENTAL, CON O SIN COVID-19

19 de junio de 2020

En el post del mes de marzo, os hablé sobre algunas cosas que podíamos hacer y sernos útiles para afrontar el confinamiento al que nos vimos obligados, tras la declaración del estado de alarma decretado por el gobierno por la pandemia del Covid-19, y hoy quiero hablaros sobre cómo proteger nuestra salud mental, con o sin Covid-19.

Poco a poco, con el esfuerzo de todos, y muy especialmente el que han realizado y continúan haciendo los profesionales sanitarios, y otros colectivos esenciales como transportistas, farmacéuticos, limpiadoras, comerciantes, agricultores, etc., nos ha permitido ir superando las distintas fases que restringían nuestros movimientos, recuperando poco a poco, espacios y actividades agradables y rutinarias que habíamos perdido, algo que ha necesitado un reajuste y adaptación de nuestros comportamientos, forzándonos a cambiar rutinas y a implementar otras nuevas y a seguir haciéndolo, al menos, hasta que haya un tratamiento eficaz o vacuna para este virus, todo ello con cambios importantes en nuestra forma de pensar y de sentir, no siempre fácil de gestionar, por el intenso estrés que ha supuesto para muchas personas.

Sin duda alguna,  para muchas personas han habido pérdidas mucho más importantes que las que hemos sufrido la mayoría de nosotros, y éstas son las miles de personas que han perdido a seres queridos por el Covid-19, sin posibilidad de verlos en muchas ocasiones ni de despedirse de ellos, con el dolor de no haberlos podido acompañar ni de verlos al final de sus vidas, una situación doblemente dolorosa, por la pérdida del familiar y por no haberse podido despedir de él en condiciones normales.

Tras esta breve pero necesaria introducción, quiero poner de manifiesto que todos los cambios a los que nos hemos visto sometidos y que continuarán impactando en nuestras vidas, de distinta forma y en distintos grados de intensidad, en función de algunos factores que nos pueden proteger o hacer más vulnerables, como nuestra edad, el género, el estado de salud previo, la cultura, el estilo de vida, el nivel económico, la estabilidad del núcleo familiar,  si trabajamos o hemos perdido nuestro empleo, dimensiones de nuestra vivienda, número de personas que convivan en ella, etc., unido al estrés, ansiedad y cambios emocionales experimentados por la ruptura de rutinas diarias en ámbitos como el trabajo, la educación, la familia, amigos, ocio, etc. y la forzosa incorporación de otras nuevas, como por ejemplo, las necesarias medidas de distanciamiento físico, de higiene de manos,  utilización de mascarillas, etc. y su implementación en nuestra vida diaria, así como las consecuencias sociales y económicas que se están produciendo y que continuarán durante un tiempo indeterminado,  y que impactarán de forma muy diferente en cada uno de nosotros, de tal forma, que en algunas personas que ya padecían previamente algún trastorno, como la ansiedad o la depresión, en algunos casos se han intensificado sus síntomas durante el confinamiento y en otras lo han experimentado o lo experimentarán por primera vez.

En este contexto, y siendo como es la depresión el trastorno mental más frecuente en el mundo, pues según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, y  a más de 2 millones en España, lo que hace muy probable que los trastornos psicológicos se intensifiquen en estos momento tan difíciles que nos ha tocado vivir, por ello quiero hablaros sobre algunos aspectos que pueden ayudarnos a proteger nuestra  salud mental, con o sin el Covid-19.

En primer lugar y aunque parezca obvio, el primer factor de protección en este momento, sería asumir nuestra responsabilidad para continuar con las medidas higiénico sanitarias que nos han recomendado, limpieza de manos frecuentes, uso de mascarilla, distancia física, que no social, etc. al menos hasta que haya un tratamiento eficaz o vacuna contra este virus.

Dicho esto, quiero hacer mención en primer lugar a las personas que han perdido a un ser querido y que no han podido despedirse de él, y por lo tanto pueden llegar a vivir lo que se ha venido en llamar un duelo ambiguo(1), por ello ante esta situación si es tu caso y no has tenido la oportunidad de hablar con alguien de tu confianza para expresar como te sientes, que sepas que:

  • Es saludable hablar de la pérdida, identificar cómo te sientes, cuáles son tus sentimientos, emociones y pensamientos acerca de lo ocurrido. No es saludable evitar expresarlas delante de personas cercanas a ti; déjate acompañar, aunque en estos momentos no puedas besar ni abrazar a las personas queridas. 

QUÉ PODEMOS HACER PARA PROTEGER NUESTRA SALUD MENTAL

  • Mantener el contacto con nuestra red de contactos, con distancia física sí, pero no social. Mantengamos el contacto con familiares, amigos, vecinos, es algo que nos ayudará a sentirnos mejor y que con el fin del estado de alarma, poco a poco iremos recuperando una cierta normalidad pero con seguridad, hasta que haya una vacuna o tratamiento eficaz.

  • Mantener un estilo de vida saludable, con una alimentación sana, con más frutas, verduras y legumbres y con menos carnes, evitando el alcohol pues no hay evidencia científica de que sea saludable (2), y realizando, en la medida de nuestras posibilidades, ejercicio o actividad física a diario, ya que es un fantástico antídoto natural para la depresión y la ansiedad. También es muy importante, mantener unos horarios regulares para las comidas y el sueño,  con unos buenos hábitos de higiene de sueño.

  • Mantener una vida lo más activa posible, en cantidad y variedad. Cultivar o practicar el mayor número de actividades agradables posibles, como pueden ser: leer, pasear, ver series de TV, salir con los amigos, hacer deporte o algo de ejercicio físico, escuchar música, ir a conciertos, salir con nuestros hijos y/o pareja, reunirnos con familiares o amigos, etc. Cuanto mayor sea la cantidad y variedad de actividades agradables que cultivemos y realicemos, mayor será el grado de protección contra los estados de ánimo depresivos, especialmente cuando las circunstancias de nuestra vida nos son más adversas o sufrimos alguna pérdida en nuestra vida de algo que era importante para nosotros.

  • Cuidar nuestros pensamientos. Es normal que en la situación que estamos viviendo actualmente, tengamos pensamientos negativos sobre lo sucedido, lo que estamos viviendo actualmente y sobre el futuro, especialmente por la incertidumbre del momento presente, y sobre todo cuando hemos visto que tantas personas han perdido su vida, y nosotros hemos sufrido restricciones muy importantes en nuestra libertad y cambios significativos en nuestra vida, como puede ser el perder nuestro trabajo, ir a un ERTE, tensiones con nuestra pareja o familia, el estrés generado por situaciones a las que no nos habíamos enfrentado nunca, etc., y además nos damos cuenta de que el futuro que se vislumbra es incierto y no parece muy halagüeño en general, por las consecuencias sociales y económicas que se están derivando de esta pandemia. Es necesario aceptar lo que nos haya sucedido o esté sucediendo, ni negarlo ni resistirnos, ya que es algo que no podemos cambiar, lo cual no implica una resignación, ya que la resignación nos hace sufrir, ya que podemos seguir esperando que la situación sea de otra forma y no como es. Sin embargo, cuando aceptamos, asumimos la realidad, sin pretender cambiarla, pues no podemos, sin sufrir por ella, y eso nos permite seguir buscando mejores opciones o soluciones a nuestros problemas. Esta pandemia un día será vencida, y sin duda alguna, habrán cosas en nuestra vida que habrán cambiando y que cambiarán, serán mejores o peores, más o menos duras, difíciles y complejas, pero también esto forma parte de la vida, así que tendremos que afrontarlas, buscar nuevas soluciones y si no las encontramos, busquemos ayuda en otras personas, o profesionales, especialmente cuando no sepamos cómo manejar nuestros pensamientos negativos y éstos sean tan intensos que nos afecten nuestra vida diaria. 

  • Mantenernos informados pero limitando la exposición a la información y seleccionando bien las fuentes. Limitar la cantidad de tiempo que pasamos revisando información sobre este virus o aspectos relacionados con él, en especial si esto nos hace sentir mal. Mejor si cuando dedicamos tiempo a ello, buscamos y escuchamos historias positivas de personas que se han recuperado, y procurar elegir siempre fuentes de información fiables, como webs de instituciones públicas o medios de comunicación solventes. Verificar y contrastar aquello que recibimos de fuentes no oficiales.

  • Realizar actividades que que nos ayuden a relajarnos,  puede ser dar un paseo tranquilo, alguna técnica de relajación, como el mindfulness, respiración diafragmática, yoga, relajación muscular progresiva, etc.

  • Rodearnos de personas y estímulos positivos. Esto es algo clave para mantener en óptimas condiciones nuestra salud mental. Los estímulos positivos no funcionan de la misma manera en todas las personas, por lo que debemos hacer un esfuerzo por encontrar aquellas cosas, espacios y actividades que nos hacen sentir bien. De la misma manera, rodearnos de personas que nos valoren y aprecien es algo que ayuda a proteger nuestra salud mental.

Para finalizar, quiero dejar claro que estas son algunas de las cosas que podemos hacer para proteger nuestra salud mental, pero no agotan ni mucho menos todas las posibles, pero si las llevamos a cabo, habremos dado un gran paso para proteger nuestra salud mental, ya que en gran medida dependen de nosotros, con las decisiones que tomemos y los comportamientos que realicemos dentro de nuestro contexto social o marco social, el cual nos puede ser más o menos favorable, por lo que nuestras decisiones y comportamientos estarán sin duda condicionados en mayor o menor medida por él.

Fuentes:  (1) El Adiós Sin Abrazos. Guía de apoyo psicológico a personas que han perdido a un familiar a consecuencia del coronavirus. Colegio Oficial de Psicología de Madrid.     (2) Ninguna cantidad de alcohol, aunque sea moderada, es saludable. Maldita Ciencia.es

Si lo deseas puedes mandar tus consultas al siguiente correo: psicopalancia@gmail.com y en menos de 24 h. te responderé personalmente. Francisco Ronda Guillem. Psicólogo Colegiado CV-09038, con habilitación sanitaria.

 

COSAS QUE PODEMOS HACER PARA AFRONTAR EL #YoMeQuedoEnCasa

21-03-2020

Tras la declaración del estado de alarma en España por la pandemia del Covid-19 y el necesario confinamiento de la mayoría de la población, nos enfrentemos todos a un reto de salud inaudito, por la capacidad que tiene este virus de contagiar, por estar latente durante muchos días antes de su manifestación, lo cual agrava su peligrosidad y nos pone en peligro a todos, especialmente a los trabajadores sanitarios, por estar en primera línea de batalla, sin los medios ni recursos suficientes, con un sobresfuerzo continuo, lo cual les está generando un estrés muy elevado y poniendo en riesgo su salud por preservar la nuestra, como también lo están haciendo otros trabajadores imprescindibles, tanto públicos (guardia civil, fuerzas armadas, policías local, policía autonómica, etc), como privados (cajeros, dependientes, transportistas, taxistas, etc.) que están haciendo un gran esfuerzo y por ello mi reconocimiento y agradecimiento a todos ellos, especialmente a los trabajadores sanitarios.

En este contexto, todos de una forma u otra, podemos hacer nuestra contribución para vencer al Covid-19, y en este sentido yo quiero hacer la mía a través de este post, que con el conocimiento de la conducta humana que tengo y con toda la humildad del mundo, pretendo facilitar algunas pautas para todas las personas que os encontráis en casa, siguiendo el #YoMeQuedoEnCasa recomendando por las autoridades y que todos debemos de seguir para no ser huéspedes de este peligroso virus, que se contagia con tanta facilidad.

Antes de daros las pautas, que espero y deseo os puedan ser de utilidad, ni que decir tiene que nos enfrentamos a una situación muy grave, difícil, compleja, con muchas tensiones e incertidumbres, ya que nunca antes habíamos vivido una situación de estas características. Esta situación que cada uno de nosotros viviremos de forma diferente y que vamos a  afrontar todos juntos de la mejor forma posible, supone la ruptura de nuestra rutina diaria, de las actividades que realizábamos antes de forma obligatoria y que nos podían gustar más o menos pero también de otras muchas que nos hacían la vida más agradable y alegre, esta pérdida y ruptura de rutinas con las conductas que hacíamos antes y después de las mismas, nos ayudaban a disfrutarlas más, pero supone algo más, ya dicha pérdida nos puede producir en determinados momentos, tristeza y desesperanza. También podemos sentir miedo y angustia algo que en las actuales circunstancias es algo adaptativo y normal, siempre que no sobrepase cierto límite, además nos encontramos desubicados, no sabemos qué hacer en ocasiones, por ello, es necesario adaptarnos y establecer otro tipo rutinas, de forma planificada, que junto con las actividades rutinarias diarias, nos ayuden a adaptarnos mejor a esta difícil situación.

Algunas de las pautas que creo os pueden ser de utilidad para la mayoría de las personas son las siguientes:

  • Aceptemos y vivamos este momento tan difícil para todos. Las dificultades, los problemas, las enfermedades, las catástrofes, etc. forman parte de la vida y esta es la que nos ha tocado vivir en este momento, desigual para cada uno de nosotros, en función de nuestras circunstancias, recursos y de cómo lo vivamos; es normal sentir en algún momento como el que estamos viviendo, miedo, incertidumbre, angustia,  etc. son emociones y sentimientos humanos que son adaptativas en las actuales circunstancias, siempre que no sean incapacitantes. Esta difícil y grave situación es temporal y todos juntos saldremos más fuertes y resilientes (con mayor capacidad para afrontar las adversidades). 
  • No nos dejemos intoxicar por los medios y redes sociales. Podemos elegir que mensajes leer y cuales no, mejor prescindir de aquellos mensajes que hablan sobre lo que se tendría que haber hecho y no se ha hecho o si se ha dejado de hacer, porque en mi opinión, en este momento, no sirven de nada ya que lo único que nos pueden generar es más malestar. Tiempo habrá para cada uno hagamos nuestra propia valoración de lo que ha sucedido y de cómo debemos proceder cada uno en nuestro ámbito público o privado.
  • Informarnos bien. Obtener la información de fuentes válidas y contrastadas, siendo necesario acudir a fuentes fiables como son el Ministerio de Sanidad y la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública, o a través del portal de la OMS sobre el coronavirus.
  • Evitar la sobreinformación y las noticias no contrastadas. Es suficiente con la información recogida de las fuentes oficiales, no es conveniente estar continuamente buscando y leyendo información al respecto, ya que en vez de provocar una respuesta positiva en nosotros va a generar un aumento de la sensación de riesgo. Hay que evitar por ello tanto la sobreinformación como el alarmismo o sensacionalismo que puedan trasmitirse en algunos medios.
  • Informar a los niños de forma adecuada. Es necesario informar a los niños de manera veraz, adecuando la información a su desarrollo evolutivo y capacidad de comprensión, evitando dar más información de la que pidan.
  • Mantener los horarios que teníamos antes de quedarnos en casa. Es importante levantarnos y acostarnos a la misma hora que lo hacíamos antes. Esta puede ser una buena oportunidad para recuperar los buenos hábitos del sueño y con ello mejorarlo. Los españoles solemos dormir una media de 6,8 horas.
  • Adaptar nuestros hábitos, estableciendo rutinas diarias de forma planificada y concreta, tanto para las tareas domésticas rutinarias como las que nos guste hacer junto a nuestra familia, solos o con nuestra pareja, siempre que las mismas no contradigan las recomendaciones sanitarias El establecer rutinas de forma planificada y concreta, aumenta la probabilidad que las hagamos, nos permitirá hacer más cosas y a sentirnos mejor.
  • Realizar actividad física todos los días.  En la medida de lo posible y del espacio disponible en nuestra casa, de nuestros gustos y necesidades, es importante realizar algún tipo de actividad física, que podemos realizar solos, con la familia o con nuestra pareja, ya que nos ayudará a sentirnos mejor físicamente y mentalmente. Evitar las horas previas a cuando nos tengamos acostar, ya que si estamos demasiado activados nos impedirá conciliar el sueño.
  • Propiciar el sentido del humor. Cierto grado de humor nos ayuda a que el miedo se mantenga a raya. Casi todos hemos compartido en estos días algunos de los mensajes que nos ha mandado alguien o han aparecido en la red y que nos ayudan a tener una visión más distendida de la situación.
  • Limitar en los niños el tiempo de uso de aparatos electrónicos. Jugar a  videojuegos, bien sea en consola, ordenador o TV les gustan a casi todos los niños, aunque por ellos si les dejarán podrían estar jugando casi todo el día. Mi recomendación es que se limite  a que jueguen como máximo, entre una hora y dos por la mañana, y una hora o dos por la tarde, dadas las actuales circunstancias.
  • Contactar con nuestra familia y amigos. Al tener más tiempo, tenemos la posibilidad de contactar con nuestros familiares y amigos, a través de los medios que hoy afortunadamente casi todas las personas tenemos, móvil, whatsapp, cuenta de correo, podemos hacer videollamadas o conectarnos a través de medios como Skype, Hangouts, etc.
  • Recuperar o iniciar actividades que habíamos dejado aparcadas o las hacíamos con poca frecuencia. Podemos dedicar más tiempo a la lectura, retomar algún libro que nos pudimos leer y que hemos ido posponiendo; podemos ver aquellas películas que hemos dejando para más adelante; escuchar la música que  nos gusta más a menudo; visitar museos de forma virtual; viajar de forma virtual; escuchar óperas; aprender o mejorar algún idioma; aprender cosas nuevas; hacer algo de bricolaje en casa; es una oportunidad para comunicarnos de forma más continua con nuestra familia, pareja y amigos, con nuestros hijos. En fin, es una buena oportunidad para hacer muchas de las cosas que teníamos pendientes y nunca encontrábamos el momento de  hacerlas.
  • Aquí os dejo algunos de los recursos gratuitos que existen en Internet y que nos pueden hacer más agradable el #YoMeQuedoEnCasa:
  • MUSEOS: Se pueden visitar forma virtual entre otros el Museo del Prado, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (multidemia) y Museo Thyssen-Bornemisza (EducaThysse)   Museo de Louvre.
  • Conciertos, museos, deporte, cine o literatura: actividades gratis para hacer durante la cuarentena por coronavirus. (1)

  • ESCOGE TU LECTURA hasta el 31 de marzo #KeepReadingEnCasa #YoMeQuedoEnCasa. Libros y agenda de actividades de la Editorial Planeta.
  • Nubico, el gigante de lectura digital de Grupo Planeta y Telefónica, ha anunciado que da dos semanas gratis para acceder a su catálogo de manera ilimitada 
  • Open.Spotify #YoMeQuedoEnCasa con las canciones de la Vanguardia.
  • Consejos e ideas para la cuarentena #QuédateEnCasa.  (2) Consejos para familias ante el coronavirus y para sobrellevar la cuarentena con todo tipo de ideas para entretener a los niños, mantenernos en forma, distribuir las tareas del hogar y organizar los menús para los días sin cole.
  • La serie SKAM  Serie que está teniendo un gran éxito entre los adolescentes en Movistarplus.
  • ATRESplayer. Accede a series, cine, programas, documentales, telenovelas, etc.
  • MyOperaPlayer.  Ópera del Teatro Real en abierto con el código operaencasa.
  • Guías prácticas gratuitas #YoMeQuedoEnCasa de RBA, grupo que edita National Geographic.
  • Canal de youtube de Jose Mota

Lo voy a dejar aquí, ya que seguramente muchas de las personas que habéis leído este post habréis encontrado muchos más sitios y recursos interesantes, más acordes con vuestros gustos  y necesidades, lo cual me alegra. Si alguna ventaja tenemos en el mundo actual es  que casi las personas tenemos acceso a estos recursos, impensables hace no tantos años, que nos pueden ayudar a sobrellevar mejor un confinamiento tan necesario y ante una situación tan surrealista pero a la vez tan real, que no podemos perder de vista, así que, mantengámonos todos en la trinchera #YoMeQuedoEnCasa y no le facilitemos y nos aliemos con nuestro enemigo el COVID-19, ya que muchas otras personas se están dejando la piel y mucho más, en la primera línea de batalla. Mi reconocimiento y agradecimientos a todas ellas.

Fuentes: (1) 20 Minutos  (2) saposyprincesas.elmundo.es

Si lo deseas puedes mandar tus consultas al siguiente correo: psicopalancia@gmail.com y en menos de 24 h. te responderé personalmente. Francisco Ronda Guillem. Psicólogo Colegiado CV-09038, con habilitación sanitaria.

EL PAPEL DEL PENSAMIENTO EN NUESTRO BIENESTAR

09-02-2017

Desde la psicología cognitiva se considera que la principal causa de nuestras emociones y conductas, no es lo que nos sucede o experimentamos, la realidad en sí, sino en cómo la evaluamos o interpretamos, en otras palabras a través de nuestro pensamiento, especialmente de nuestras creencias, filtramos la realidad y respondemos a ella a nivel emocional y conductual.

De esta forma, ante una misma situación, siendo objetivamente idéntica para todos, la respuesta de cada persona puede ser muy diferente en función de cómo sea percibida y evaluada. Por ejemplo: si una persona llega a una reunión en la que se encuentran varios desconocidos y algunos de éstos le miran de vez en cuando y se ríen, pueden haber diversas interpretaciones: pensar que se están riendo de ella y que la quieren molestar; pensar que ha caído bien y les gusta, etc. Al final, según lo que piense, se sentirá y se comportará de una u otra forma.

El cómo nos sentimos y actuemos no sólo depende de nuestro pensamiento, hay algunas cualidades positivas  o negativas que van a propiciar el que la interpretación que hagamos de la realidad sea muy diferente.

Ejemplo positivo:

  • Una persona con buena autoestima y habilidades sociales, tenderá a evaluar la situación anterior de forma más realista y positiva, interpretando que si la miran y le sonríen será porque quieren conocerla y ser amables con ella. Si lo interpreta de esta forma, será más probable que se sienta bien, devuelva la sonrisa e inicie una conversación.

Ejemplo negativo:

  • Una persona muy tímida e insegura, en la situación anterior, podría llegar a pensar que esas personas desconocidas se están riendo de ella e intentaría evitar el contacto con ellas.
  • Una persona que tiende a ser desconfiada y a creer que la mayoría de la gente es hostil, también es probable que malinterprete las sonrisas y consecuentemente se comporte de forma hostil o inhibida.

Llegado a este punto podemos hacernos una idea de la importancia que tienen nuestros pensamientos en cómo nos sentimos y en cómo actuamos, por ello voy a detallar algunas claves que pueden favorecer o entorpecer nuestro bienestar:

Algunas creencias irracionales que pueden crearnos problemas, especialmente al relacionarnos con los demás y con ello entorpecer nuestro bienestar, son según Ellis y Lange, de tres tipos:

  • Las exigencias, son creencias, que mantenemos de forma rígida e inflexible, acerca de cómo debería ser uno mismo, otras personas o la vida. Por ejemplo: «Debo de hacer un buen trabajo y merecer la aprobación de los demás». Las exigencias suelen expresarse con términos como: «tendría que», «debería», «no debería», «habría que», «es necesario que», «tendría que». También se asocian con frecuencia con palabras como: «nunca», «siempre», «absolutamente», «totalmente» o «perfectamente».
  • Ejemplos:
  • Tengo que ceder siempre ante los demás.
  • No debería equivocarme nunca.
  • Debo ser aceptada(o) por todas las personas.
  • Deberían tener más consideración conmigo con todo lo que yo he hecho por ellos.
  • La vida debería ser fácil para mí, y conseguir lo quiero sin mucho esfuerzo y comodidad.
  • Nunca debemos de cometer errores.
  • Hay que anteponer las necesidades de los demás a las propias.

El  mantener estas creencias en cómo uno mismo, los demás o la vida deberían ser nos aleja de aceptar la realidad tal cual es. Estas continuas exigencias supone un pensar inflexible y encerrado en uno mismo, que nos lleva a comportarnos con nosotros mismos y con los demás atendiendo a unas reglas estrictas autoimpuestas, porque pensamos que son correctas, lógicas e indiscutibles. En el momento que se les contraria, se ponen en marcha pensamientos negativos hacia quienes rompen la regla pudiendo dar lugar a baja autoestima, ansiedad, conflictos los demás y con uno mismo, etc.

¿Qué podemos hacer?

Primero ser conscientes de estas creencias limitantes y segundo promover un cambio de actitud de las «exigencias» por una actitud de «preferencias». Por ejemplo: en vez de: «Yo debería ser capaz de hablar en público correctamente», mejor: «Yo preferiría ser capaz de hablar en público correctamente», en vez de «Tengo que ir a trabajar porque sino no avanzo», mejor «Prefiero ir a trabajar así puedo avanzar en el trabajo». Para que este cambio se pueda producir es imprescindible ejercer  nuestra voluntad, así como valorar los pros y contras que conlleva el mantener unas creencias rígidas e inflexibles que sólo nos crean problemas a nosotros mismos y a los demás.

En definitiva si mantenemos una actitud de preferencia, que es la alternativa racional, podemos ganar en bienestar emocional. La actitud de preferencia consiste básicamente en el equilibrio entre la aceptación de nuestras limitaciones y la realización de nuestras posibilidades. Si mantenemos esa actitud de preferencia, la vida se convierte en un juego en el que siempre ganamos, ya que trabajamos por conseguir nuestros deseos y objetivos pero cuando esto no es posible, lo aceptamos de buen grado, quedando así libres para centrarnos en la realización de nuestras posibilidades y en disfrutar de ellas. De esta manera experimentamos un mínimo de frustración y un máximo de placer y bienestar.

  • El catastrofismo

En nuestro pensamiento se manifiesta mediante la tendencia a percibir o esperar lo peor sin tener motivos razonables para ello, en exagerar la posibilidad de que ocurra lo temido así como sus consecuencias negativas que podría tener si ocurriese. Está muy relacionado con las exigencias. Por ejemplo, cuando no se cumplen nuestras expectativas, podemos responder pensando y sintiendo que se trata algo terrible y catastrófico.

  • La racionalización

La racionalización se manifiesta como una tendencia en nuestro pensamiento a quitar importancia a las cosas, minimizar nuestros problemas o nuestros derechos. En el pensamiento se puede manifestar como un: «no me importa», «no tiene importancia» «yo paso», etc., cuando, en realidad, se puede tratar de temas importantes para nosotros. Congruentemente sentimos y actuamos de acuerdo con ese pensamiento. Este puede ser un mecanismo de defensa para evitar la ansiedad que nos produce defender nuestros derechos, afrontar los problemas de forma asertiva o luchar por conseguir nuestros objetivos o lo que deseamos. Las consecuencias a medio y largo plazo son muy negativas, ya que mantenemos unas expectativas poco realistas, los problemas a los que no hacemos frente suelen aumentar y, si no luchamos por aquello que queremos conseguir, perdemos muchas oportunidades y nos podemos sentir frustrados e inseguros.

  • Distorsiones cognitivas

Las distorsiones cognitivas son sesgos sistemáticos en nuestra forma de percibir y evaluar la realidad, que pueden interferir en nuestro bienestar y en nuestros relaciones sociales, y que todos podemos tener, en mayor o menor grado. Algunas de cuales son:

  • Sobregeneralización: Es cuando sacamos conclusiones generales de un solo hecho (por ejemplo si alguien falla en una ocasión, esperamos que vuelva a fallar siempre).
  • Pensamiento blanco o negro: No apreciamos los matices, el término medio (por ejemplo se piensa que las personas o las cosas son buenas o malas, o que la persona ha de ser perfecta o hacerlo todo bien o es un desastre).
  • Razonamiento emocional: Creemos en algo sólo porque nosotros lo sentimos así. Por ejemplo, si sientes odio hacia una persona, sacas la conclusión de que esa persona es realmente odiosa.
  • Sesgo confirmatorio: Percibimos y recordamos las cosas sesgadamente para que «concuerden» con nuestras ideas preconcebidas. Si estoy convencido que alguien es buena persona (mala persona, etc.) tenderé a percibir y recordar mejor cualquier comportamiento que concuerde con la imagen previa aunque ésta no sea realista.
  • Leer el pensamiento: Es creer que sabemos qué sienten los demás y por qué se comportan de la manera en que lo hacen, sin basarnos en los hechos ni en la lógica.

Y hay muchas más creencias y pensamientos problemáticos que interfieren en nuestro bienestar y en nuestras relaciones con los demás pero por hoy es suficiente.

En resumen si cambiamos nuestros pensamientos más negativos e irracionales por otros alternativos más racionales y objetivos (estos son consistentes con la realidad, se pueden verificar, producen emociones más equilibradas, te ayudan a conseguir tus metas y se expresan con un lenguaje de preferencia en vez de exigencia) podemos mejorar nuestro bienestar, ya que vamos a sentirnos mejor y en consecuencia nos comportaremos de forma más adaptativa y satisfactoria.

Si quieres puedes enviar tus consultas al siguiente correo: psicopalancia@gmail.com y en 24-28 horas te responderé personalmente. Francisco Ronda Guillem. Psicólogo Sanitario. Colegiado CV-09038.

LA ACEPTACIÓN: UN CAMINO HACIA NUESTRO BIENESTAR EMOCIONAL Y MENTAL

06-01-2017

Uno de los problemas en el que nos vemos involucrados las personas con cierta frecuencia es el rechazo o evitación de los sucesos dolorosos de la vida e incluso a veces el rechazo a nosotros mismos, el  no aceptarnos tal como somos. La negación o no aceptación de lo que nos ocurre o nos ha ocurrido y/o de quienes somos o cómo nos comportamos sólo nos pueden causar sufrimiento, dolor y frustración.

La sucesos y situaciones que nos producen dolor emocional forman parte la vida, somos seres emocionales y por ello somos susceptibles de experimentar dolor emocional y sufrimiento como también experimentamos de forma natural la alegría y la felicidad. El dolor emocional nos ofrece una oportunidad y posibilidad de aprender de él una lección valiosa, que  nos puede permitir fortalecernos en el ejercicio de vivir de forma más plena y consciente.

La aceptación del dolor emocional en nuestra vida es una condición necesaria para poder tener una buena salud mental, dicho de otro modo, el dolor emocional debe tener su propio espacio y dejarlo marchar en el momento que de forma natural corresponda. Cuando lo hemos experimentado nos puede reforzar y hacer más fuertes,  ya que nos permite tener una perspectiva de lo sucedido pudiendo adquirir así un aprendizaje más valioso.

La negación o rechazo a nosotros mismos, la no aceptación de ciertas cualidades negativas de nuestra forma de ser, de nuestro cuerpo, lo que somos o el esfuerzo que realizamos  por ser otras personas diferentes a cómo somos o creemos que debemos ser para gustar a otras personas, está en la base de mucho sufrimiento, frustraciones y trastornos emocionales, por ello es de vital importancia no olvidar el amor a uno mismo y la aceptación incondicional que nos merecemos como personas, con nuestros defectos y virtudes. Es a partir de esta aceptación incondicional y del reconocimiento de las cualidades negativas que queramos cambiar desde donde podemos pasar a la acción y realizar los cambios que nos ayuden en nuestro desarrollo personal y/o profesional.

La aceptación es una cualidad que bien utilizada nos es muy útil en la vida, aceptar las situaciones o sucesos desagradables con los que nos tenemos que enfrentar en la vida es una práctica saludable que puede contribuir a nuestro bienestar, ya que una vez aceptada dicha situación o suceso, podemos hacer básicamente dos cosas, una es hacer algo para cambiarla, es decir pasar a la acción para intentar cambiarla en ese momento o bien más adelante  y la otra es simplemente aceptarla, ya que no la podemos cambiar o la solución no está en nuestras manos, de nada nos sirve el estar rumiando sobre lo que nos ha pasado y lo desgraciados que somos o la mala suerte que tenemos, eso realmente si lo pensamos no nos sirve de nada y además nos hace sentir mal, mejor aceptarlo y seguir adelante con las cosas importantes de nuestra vida, con nuestros valores.

Cuando optamos por la aceptación de las situaciones o sucesos que nos acontecen podemos responsabilizarnos y adoptar una actitud constructiva y positiva para solucionar lo que esté dentro de nuestro ámbito de actuación, por el contrario cuando optamos por la resignación, nos lamentamos, adoptamos el papel de víctimas y a veces resolvemos las situaciones desde el resentimiento, un sentimiento que no nos ayuda a construir nada bueno.

Por último hay que recordar que los hechos que han sucedido no los podemos cambiar, por más desagradables que sean, aunque si que podemos cambiar la interpretación que hacemos de ellos. Si no sentimos malestar seguramente habremos hecho una interpretación correcta, ya que habremos comprendido bien dichos hechos y los habremos aceptado, por el contrario si sentimos malestar o sufrimiento es probable que la interpretación esté guiada desde la resignación.

Cierro este artículo con la  plegaria de la Serenidad de Reinhold Niebuhr, ya que en mi opinión sintetiza bastante bien parte de la esencia de la aceptación.

Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar,

fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar

y sabiduría para entender la diferencia.

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